jueves, 6 de septiembre de 2012

Bocados de realidad 3 // Superhéroes de barrio

Hace tiempo que no escribía nada en este blog, los niños, el trabajo, la vorágine, el estrés o todo a la vez, no me lo han permitido. Pero ya no me caben más palabras y reflexiones en el interior, debo explotar de alguna manera, el detonante ha sido el último recorte de libertades en España, la sanidad ya no es universal y gratuita, triste, muy triste, según me enteré, me vino a la cabeza, esta historia que lleva dentro de mí mucho tiempo, es la última historia que no escribí en su día, desde entonces, me ronda en la cabeza, hasta hoy. Esta es la historia, ocurrió más o menos en el 2008.

Superhéroes de Barrio

Vivo un barrio de Madrid, concretamente en Usera, como en todos los barrios del sur, convivimos con la inmigración desde hace bastante tiempo, unos lo llevamos mejor, y a lo mejor otros, no lo llevan tan bien, pero lo que está claro, es que en nuestra condición de gente de barrio y obrera está el hecho de ser solidarios, educados y normalmente simpaticemos con él necesitado, de eso podrían aprender cierta clase política. 

Bueno, pues mis vecinos son una familia de ecuatorianos, una pareja joven, ella está embarazada, tienen dos niñas de dos y cinco años. Nosotros, acabamos de tener un bebé precioso, y como vivimos en un cuarto sin ascensor, coincidimos muchas veces en los rellanos o subiendo lentamente las escaleras, yo, con mi hija en brazos, ella, con sus hijas revoloteando alrededor y con su tercera hija en su interior, nos sonreímos, no nos hace falta más para comunicarnos, nuestras miradas dicen lo mismo, que sacrificado es ser padres, pero a la vez, que placentero. Mi vecina es pequeña, poca cosa, él es más fuerte, ella cuida de las niñas, e intenta cuidar al retoño que lleva dentro, él trabaja mucho, sí, es inmigrante y trabaja mucho. Estamos pared con pared, y no se les oye una voz, en un año que llevan viviendo al lado, sólo una vez hubo una voz más alta que otra, una discusión con la hija mayor, a mí ese asunto me tiene asombrado, el silencio con el que conviven, repito, que hay dos niñas de dos y cinco años conviviendo en menos de 40 metros cuadrados.

Hay superhéroes que lo son por una mutación genética, otros de nacimiento, otros por accidente, pero todos con superpoderes, pero mi superhéroe, mi superhéroe es de carne y hueso, es mujer y está embarazada, sus villanos son, la xenofobia, el machismo, la crisis, la incultura y el populismo barato de algunos políticos, sus poderes, el amor desmedido por sus hijas y por su pareja. Ésta es su historia.

En el séptimo mes de embarazo, a él, estando casa, le da un ictus cerebral, producido por un tumor , llega una ambulancia a las once de la noche, lloros de las niñas, algún grito, la madre, se tiene que ir en taxi con ellas, es imposible separarlas del padre, la imagen es dolorosa, cada vez que la recuerdo me dan escalofríos y se me pone un nudo en la garganta, es llevado a urgencias del hospital 12 de octubre, menos mal que está cerca, eso a lo mejor le salva, eso, y que tenemos un sistema sanitario de los mejores del mundo, y lo hemos conseguido gracias a todos, dentro de un principio básico de las sociedades modernas, la solidaridad. 
Pasan las semanas, el padre sigue debatiéndose entre la vida y la muerte, pero la vida continúa para mi superhéroe, está embaraza y tiene dos niñas más que deben comer, vestirse, ir al colegio, vivir ... Es en esos primeros momentos, donde aparecen los primeros signos de sus superpoderes, mantiene en todo momento la calma, organiza todo, las niñas siguen con su rutina, le visita en el hospital, no tiene gran ayuda, pero no está sola, los vecinos ayudamos en lo que podemos, y  un familiar, echa una mano durante las primeras semanas.
Pasan la semanas y el padre continúa en coma, mi superhéroe, sabe que tiene que afrontar un duro reto, un reto ineludible, siente cada vez más al ser que lleva dentro, dos corazones laten en su interior, de ahí, es de donde alimenta a sus superpoderes. 
Llega el día del parto, pare sola, su pareja sigue debatiéndose entre la vida y la muerte, debieron ser momentos muy duros para ella, pero los superhéroes de barrio no tienen mucho tiempo para pensar y mucho menos para llorar.
A su vuelta del hospital, ya tiene tres niñas a su cargo, está sola, sube y baja los cuatro pisos todos los días, casi no permite que le ayudemos, es pequeña de aspecto físico, pero tremenda en la determinación y en la entereza. Sabe que lo mejor para su marido es llevar a la recién nacida a su lado, así lo hace, todos los días, poco a poco el marido se recupera, sale del coma, nunca sabremos si fueron los cuidados médicos o los superpoderes de mi heroína, quizá las dos cosas.
Aún le queda más lucha, porque su vida es luchar y luchar, consigue hacer un trueque con unos compatriotas que viven en el bajo, también de alquiler, cambia el cuarto por el bajo.
Después de estar siete meses ingresado, su pareja sale del hospital, el ictus le ha dejado con una movilidad bastante reducida, pero todo está perfecto, vive con una superhéroe que le mima, ella ha conseguido que no tenga que subir ningún piso, tiene un patio perfecto para ejercitarse e ir recuperando movilidad, a parte de la rehabilitación que le dispensan todos los días en el hospital, y además, tiene a sus tres hijas, que le adoran y le dan toda la fuerza para seguir viviendo.
Pasa el tiempo, ella sale bien temprano de casa, vuelve a la hora de comer, imagino que va a trabajar, el padre va estando algo mejor, pero la recuperación es lenta, no hay tregua, la crisis va haciendo mella en España, los inmigrantes son la diana de algunos insensatos por la falta de trabajo, no es buen momento para mi superhéroe y su familia, ella lo sabe.
Un buen día, hacen las maletas, les encuentro en el portal, me explican que vuelven a Ecuador, él está mejor, ha recuperado el 70% en la movilidad de sus miembros, me emociono por dentro, mi superhéroe me toca el hombro, sonríe, y me da las gracias, yo siento en su mirada que no me está dando las gracias a mí, sino, siento que da las gracias a España, a la España buena, a los médicos, a la vida...

Hay respuestas que no tengo, quizá, el marido estaba cotizando en la seguridad social, quizá no, pero la historia es la que es. Esto ocurrió en el 2008, si esto hubiera ocurrido ayer mismo, y si por las  circustancias que fueran, él hubiera estado trabajando en la económia sumergida, si no tuvieran los papeles en regla, mi superhéroe hubiera seguido luchando, lo llevaba en la sangre, pero su amor, su amor seguramente se hubiera quedado muerto en una cama o paralizado para siempre, los médicos le salvaron, mi superhéroe le desperto del coma y la rehabilitación le devolvió la vida.

Por una sanida universal y libre.



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